Ciclismo

La Vuelta en ElRemate

7 de noviembre de 2020, Madrid

Roglic resiste al vendaval


Imagen: Marca
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"Mañana gano, Blanco. Y ganaba", cuenta el bejarano Santiago Blanco, el primer vencedor en la Covatilla en una Vuelta a España, que le decía a veces José María Jiménez, Chava, un escalador de leyenda que en la Covatilla subió un puerto por última vez en su vida. Era el año 2003 y Chava quería volver a sentirse ciclista. Y se fue a ver a su amigo Lale Cubino, otro de los grandes corredores que ha dado la sierra salmantina, a donde hoy llegaba la Vuelta 2020 en su última gran etapa de montaña.

Santi Blanco es hoy director técnico de la Vuelta a España y a él le debemos el diseño del recorrido de esta grandísima etapa, que ha llevado a los corredores por las Batuecas y las sierras de Francia y de Béjar, para acabar en lo alto de la Covatilla, con su viento de cara, que frenaba a los valientes que pretendían asaltar la clasificación general. Carthy, el primero que se atrevió, hizo un movimiento a cuatro de meta que destapó las carencias del Jumbo Visma, en una etapa que había ido rapidísima, dominada por la lluvia y el frío, y que fue minando a los corredores a lo largo de todo el día.

Parecía que Richard Carapaz se equivocaba saliendo a los ataques de otros corredores, pero de repente soltó un demarraje seco, violento, que dejó clavados a todos en el grupo de favoritos. Las miradas se fijaron en el líder, Primoz Roglic, que puso cara de póker. Carapaz y Roglic, por fin solos, contra el viento de Béjar. Una lucha definitiva en la que el corredor ecuatoriano debía recortar 48 segundos sin bonificaciones ya en la línea de meta. En un kilómetro le había comido 20 segundos y volaba, agazapado para cortar el viento. Roglic entraba en crisis.

Entonces, José Luis Arrieta, director del equipo Movistar, dice haber escuchado en su emisora, sintonizada con Radio Vuelta, que Daniel Martin, cuarto clasificado en la general, estaba sufriendo y ordenó a sus hombres, Enric Mas y Marc Soler, ponerse a tirar del grupo del líder para tratar de desbancar a Martin. Curiosa ambición que hizo que Roglic viajase en butaca hasta el último kilómetro, donde esprintó para minimizar la diferencia. 21 segundos finalmente dejando la sensación de que Carapaz podría haber llegado a los necesarios si cada uno hubiese tirado por su cuenta.

La victoria de etapa se la llevó David Gaudu, segunda para él en esta Vuelta, que Roglic se lleva finalmente gracias a la acumulación de bonificaciones (48" por 16" de Carapaz) y en parte también a que este año ha podido coger otra vez una rueda salvadora en la última etapa. Pero cuatro etapas, la clasificación general y la de regularidad son argumentos suficientes para haberse proclamado como el hombre más fuerte. Roglic, Carapaz y Carthy darán lustre al podio de una Vuelta que pudo no haber llegado a celebrarse y que ha resultado ser una carrera espectacular, en la que los corredores se lo han dejado todo. Salud.

Por Redacción de ElRemate Sport

6 de noviembre de 2020, Madrid

Se oyen tambores de guerra 


Imagen: 20 minutos
Imagen: 20 minutos

Primoz Roglic ha tachado un día más en el calendario de esta Vuelta a España del 20, la que podría no llegar a Madrid y que finalmente sí lo hará. Nadie parece atreverse a atacar al esloveno, que incluso hoy se permitió arañar algunos segundos al meterse en el reducido sprint del grupo de 30 corredores que llegaron en cabeza de carrera a Ciudad Rodrigo.

Había sido Movistar quien, con la colaboración de Michelton, había tomado el mando de las operaciones de reducción y doma de Remi Cavagna, él indómito potro bravo que con viento a favor fue capaz de echar un pulso al grupo hasta casi el último kilómetro después de haber estado en fuga toda la jornada. 

Era la ocasión perfecta para que Alejandro Valverde estrenase su casillero de victorias en este raro, hasta en eso, 2020. Pero otro francés, Bruno Armirail, saltó del grupo nada más ser neutralizado Cavagna y desbarató la organización del equipo Movistar. Sólo J.J. Rojas se mantuvo en cabeza y cuando se apartó, Valverde se encontró completamente solo. Buscó refugio unos metros a rueda de George Bennett y luego se vio obligado a lanzar el sprint a 300 metros de meta. Demasiado largo. Aún así aguantó hasta muy cerca de la línea dejando la sensación de que hoy habría tenido piernas para ganar.

En su lugar, otro hombre rápido en grupos selectos, el compañero de Carthy Cort Nielsen, positivo asintomático de Covid-19 en septiembre, recuperado justo a tiempo para empezar a preparar la Vuelta, se llevó la etapa. Y segundo fue el líder, Primoz Roglic, que no perdona y sumó 6 segundos más de bonificación. Está nueva versión caníbal de Roglic ha optimizado al máximo los esfuerzos y ya suma 48 segundos de bonificación, por 15 de Carapaz. 

Mañana Roglic parte con una ventaja en principio tranquilizadora (45" sobre Carapaz, 53" sobre Carthy), pero a todo el mundo le viene a la memoria la última etapa del año pasado, la de la Plataforma de Gredos, en donde, si no llega a ser porque se pegó a la rueda de los Movistar, que se movieron para defender el podio, Roglic habría probablemente perdido esa Vuelta con Pogacar. Este año sus rivales son otros y su equipo da mayor sensación de solidez, pero habrá batalla. La última.

Por Redacción de ElRemate Sport

5 de noviembre de 2020, Madrid

Galicia Caníbal


Imagen: Marca
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¿Fai un sol de carallo? No. Ayer la Vuelta planificó una jornada durísima para los corredores, con más de 4000 metros de desnivel positivo a lo largo de 230 kilómetros de un sube y baja constante. Carreteras pestosas, repechos no puntuables en los que el pelotón se cortaba y esfuerzo agónico para un grupo de 13 valientes que fueron toda la etapa al comando, para que, a menos de 4 kilómetros de meta, el pelotón cazara al último de sus supervivientes, Mattia Cattaneo.

Las sierras de Queixa, San Mamede y O Eixe son tierras de lobos. Territorios agrestes en donde la naturaleza es todavía salvaje e impone su ley. Como una oveja perdida en el monte Cattaneo fue devorado por la manada de lobos en que se convirtió el pelotón una vez coronado el paso fronterizo de O Padornelo, apareciendo entre la lluvia intensa como un alud que fue a deshacerse en las calles de Puebla de Sanabria, neutralizada la carrera los tres últimos kilómetros por una mancha de aceite.

No así la lucha por la etapa. El sprint del grupo fue anárquico, en una de esas llegadas ratoneras, picando hacia arriba a las que nos tiene acostumbrados la Vuelta. Pascal Ackerman era probablemente el gran favorito para llevarse la victoria. O Michael Mørkøv, el habitual lanzador de Deceuninck, hoy liberado de sus funciones. Pero tras una etapa infernal como esta, había que creérselo para ganar. Y Jasper Philipsen, el joven sprinter de Emirates, fue el que más creyó. Entró suicida en la última curva cerrando la salida de Ackerman, qué viajaba a rebufo de Mørkøv, y ya nadie lo pudo rebasar.

En la meta, los gritos de los hombres de Emirates y de su director Josean Fernandez Matxín, dejaban patente el infierno que habían vivido los corredores hasta Puebla de Sanabria. Un equipo que viene de ganar el pasado Tour de Francia, estaba absolutamente emocionado y eufórico con una victoria de etapa en la Vuelta, la primera para ellos este año.

Quedan cada vez menos oportunidades para asaltar esta Vuelta. En las últimas etapas de cada grande, los equipos tienden a conservar lo que tienen. Situaciones insólitas que crean extraños compañeros de cama. Todo apunta a una resolución de la carrera en la subida a la Covatilla, pero ahí probablemente ya sea demasiado tarde. Veremos. 

Por Redacción de ElRemate Sport

4 de noviembre de 2020, Madrid

Wellens se toma un Mencía


Imagen: Marca
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En las laderas de la Ribeira Sacra se practica desde siempre la agricultura heroica. El ser humano se enfrenta a sus propias obsesiones en un entorno de trabajo tan duro como espectacular. Aquí los viñedos se cavan a mano, sin diferencia alguna a como lo hacían los primeros habitantes del Neolítico hace más de diez mil años.

Atravesando estos parajes, a una velocidad media de más de 44 por hora a lo largo de 205 kilómetros, seis de los mejores cazadores de etapas (tres de ellos ya habían ganado en esta Vuelta), Tim Wellens, Michael Woods, Zdenek Stybar, Dylan Van Baarle, Marc Soler y Thymen Arensman, se lanzaron a una exhibición de fuerza en un mano a mano con el pelotón del que salieron vencedores por KO técnico.

Entre Monforte, la ciudad condal de Lemos, y el primer paso por Ourense, los equipos que perseguían quemaron todas las naves para tratar de cazar antes de la subida definitiva a A Abelaira. Esfuerzo inútil. Hoy la victoria viajaba delante. Cuando el pelotón llegó a meta, Tim Wellens estaba a punto de salir a darse un baño en las termas de A Chavasqueira. Segunda etapa para el potentísimo corredor belga, uno de los más combativos de esta Vuelta. Thomas De Gendt ha creado escuela en el Lotto Soudal.

La resolución de la etapa tuvo tintes de clásica. El sexteto que marchaba en cabeza de carrera estaba conformado por corredores tan fuertes, que cada ataque iba seguido de contraataque y posterior caza. Tras haber sido imposible seleccionar la fuga, los seis se jugaron la victoria en las duras rampas de la llegada en Ourense. Wellens entró por delante en la última curva y pasó la meta primero por poco. Segundo fue Woods, otro de los que hubiera repetido victoria.

Los favoritos llegaron de la mano, agitando banderas blancas, pensando en la terrorífica etapa que les espera mañana. 230 kilómetros de lluvia y frío entre Mos y Puebla de Sanabria para lanzar un órdago por la victoria en la Vuelta. En el libro de ruta de Juanma Garate, la página de la jornada de mañana está marcada en rojo, el color que espera que vista Hugh Carthy en Madrid este próximo domingo. Un buen grupo de ciclistas puede ganar aquí la partida, en un terreno salvaje, imprevisible, sin un metro llano. La fuga de hoy le mostró el camino. 

Por Redacción de ElRemate Sport

3 de noviembre de 2020, Madrid

A Roglic le quedaba una bala


Imagen: 20 minutos
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Hugh Carthy volaba contra el viento de Carnota, surcando la recta que pasa junto a su preciosa playa. Siete kilómetros de dunas frente a las montañas de lo que los romanos llamaron el Finis Terrae. Saltaba la sorpresa, el espigado escalador inglés igualaba en cada puesto de control intermedio los tiempos del gran favorito, Primoz Roglic.

A priori la pared de Ézaro, dónde el Xallas desemboca en una majestuosa cascada que podemos ver una vez por semana por cortesía del Grupo Villar Mir, le era favorable. Sus rampas, de hasta el 30%, recordaban a las del Angliru, donde Carthy se había impuesto con claridad en la etapa anterior y Roglic había sufrido.

Por detrás, el líder, enfundado en su flamante buzo rojo con la inscripción R. Carapaz junto al logo de Ineos, marcaba tiempos que le mantenían en la pelea por la Vuelta. A ratos seguía líder virtual, a ratos lo perdía por unos segundos. Se empezaba a especular con las próximas etapas, previsiblemente marcadas por el mal tiempo y una última mano en la Covatilla. La sierra bejarana dictando sentencia por un puñado de segundos.

Los tres cambiaron la cabra por la bicicleta convencional sin incidentes (no así Enric Mas, el gran derrotado del día) y, con el podio en el bolsillo, se lanzaron a devorar la pared de Ézaro. Seis minutos y pico de esfuerzo agónico que podría valer una Vuelta Ciclista a España. Fueron apareciendo exhaustos, consumidos por el esfuerzo, y aún así bajando un diente o dos en la recta de meta para arañar las últimas décimas. Lo que sirvió a Roglic para llevarse la crono por un mísero segundo sobre el norteamericano William Barta, que no terminaba de creerse el canibalismo del esloveno, cuatro etapas ya.  

El panorama era bien distinto tras la subida. Rogliz, aprendida la lección de la Planche des Belles Filles, se había ido guardando para dar la puntilla a sus rivales en el puerto, pero deja clasificación general suficientemente cerrada para que el Jumbo Visma vea la Vuelta casi ganada, pero suficientemente abierta para que sus rivales sueñen con darle un vuelco. Carapaz a 39 segundos y Carthy a 47 están en tiempos de poder sorprender. Pero si quieren ganar la carrera, no podrán esperar a la Covatilla. 

Por Redacción de ElRemate Sport

2 de noviembre de 2020, Madrid

Hugh Carthy incendia el infierno


Imagen: Marca
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Juanma Garate, ganador en el Mont Ventoux en el Tour de 2009, dirige hoy al hombre capaz de desestabilizar lo que parecía un duelo a dos, Roglic vs Carapaz, por la Vuelta a España 2020. Es Hugh Carthy (Preston, 1994), vencedor en el Angliru. Sus escasos 60 kilos de peso en un cuerpo de 190 cm de altura le dieron el punch necesario para triunfar en las pendientes imposibles del infierno asturiano. Gárate se mostraba optimista sobre las opciones de su corredor, que ayer presentó su candidatura a ganar la carrera, "Roglic sigue siendo el favorito, pero ha fallado y ha mostrado debilidad".

Todo pasa por la contrarreloj individual que tendrá lugar este martes, tras la jornada de descanso, entre Muros y el Mirador de Ézaro. Allí Roglic podría sentenciar, pero nos encontraremos ya en su maldita tercera semana de competición. En la que ya perdió un Giro y un Tour y casi pierde una Vuelta.

El Angliru es un puerto en el que los ciclistas luchan contra sí mismos. Los cambios de ritmo son imperceptibles, de metros/hora, casi producto de la imaginación. Las rampas, con un desnivel sostenido a lo largo de más de un kilómetro por encima del 20% en la parte más dura, dejan clavados a los corredores. Federico Martín Bahamontes, El Águila de Toledo, el mejor escalador de todos los tiempos, no hubiera podido subir el Angliru con la bicicleta con la que ganó el Tour 59. Con un plato pequeño de cuarenta y seis dientes y una corona de veinticinco, habría carecido de argumentos frente a la Ley de la Gravitación Universal.

Fue Movistar quien endureció la carrera desde la Mozqueta, a más de cincuenta kilómetros de meta. Cartas sobre la mesa, Enric Mas va muy fácil. Y el escuálido ciclista mallorquín estuvo a punto de inscribir su nombre junto al de Chava Jiménez, Heras o Contador. Pero otro escuálido, Carthy, estuvo intratable. Mientras, unos metros más atrás, Carapaz, que había jugado al teatro toda la subida, atacaba a Roglic, puesto en evidencia por su gregario Sepp Kuss. Quizás era el día, pero el Jumbo Visma demostró estar a años luz del resto de equipos. Tomaron las riendas en lo alto del Cordal y escoltaron a su líder hasta la línea de meta. Mención especial merece el trabajo de Jonas Vingegaard, que puede valer media Vuelta.

A Primoz Roglic le encanta el olor a napalm por la mañana. Nada en el mundo huele así. Pero la última vez que bombardearon una colina y subió, esa colina no olía a victoria. Era la Planche des Belles Filles y olía a Pogacar. ¿Será Hugh Carthy el Vietcong de esta Vuelta? Cuidado.

Por Redacción de ElRemate Sport

31 de octubre de 2020

Calma chicha


Imagen: Marca
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En la duodécima etapa del Tour de Francia de 1986 con final en Pau, Bernard Hinault, El Tejón (Le Blaireau), que perseguía su sexta victoria en la Grande Boucle, se puso líder con más de cinco minutos sobre Greg Lemond. Al día siguiente, en una etapa en la que se subían Tourmalet, Aspin, Peyresourde y Superbagnères, volvió a atacar a 80 kilómetros de meta y se fue solo. Se agarró tal pájara, que Lemond le recuperó toda la ventaja y solo aguantó el liderato por 50 segundos. Cuando le preguntaron por qué había hecho eso, Hinault respondió ofendido, como quien no entiende que a un gran campeón se le pueda preguntar algo así. "Me aburría de que nadie me atacara. Me gusta ganar a lo grande".

Evidentemente ninguno de los corredores que compiten en esta Vuelta se puede comparar a Bernard Hinault, uno de los ciclistas más grandes de la Historia. Pero en el pelotón, casi todos parecen haber olvidado lo ocurrido en el pasado Tour de Francia. El primero de ellos el principal damnificado. Una lección. Un cambio de era en el ciclismo. Roglic juega con fuego.

El brutal encadenamiento de puertos, con los durísimos Cobertoria y San Lorenzo antes de la subida final a la Farrapona, sólo sirvió para movimientos por la etapa. Sin embargo, después del esperpento de la salida en Villaviciosa, hubo un momento en el que pareció que podría haber batalla. Con Marc Soler situado en la escapada, algunos fantaseaban con un movimiento de Enric Mas a pie de la Farrapona o incluso en el puerto de San Lorenzo. Un espejismo. El bloque del Jumbo Visma ejerce un fuerte efecto disuasorio, paralizante. Nadie se movió hasta el último kilómetro, cuando se prendieron algunos fuegos artificiales. 

Por delante, dos ganadores del Tour del Porvenir se jugaron la victoria, que se llevó David Gaudu, el delfín de Thibaut Pinot, por delante de Marc Soler, que lanzó el sprint demasiado pronto y se chocó contra el viento de cara. 

Mañana en el Angliru habrá diferencias, pues las pendientes imposibles del coloso asturiano no permiten ir a rueda. Daniel Martin espera su oportunidad agazapado, pero hoy hubo algo que quedó claro: Richard Carapaz tiene un problema. Su rival Primoz Roglic corre con un equipo mucho más potente en la alta montaña. Si quiere desarmarlo, el Ineos-Grenadiers deberá mover sus fichas desde más lejos. Y la decisiva etapa de mañana tiene menos de 110 kilómetros. Pero desde la Mozqueta, a cincuenta y pico de meta, se puede hacer mucho daño. Al día siguiente jornada de descanso y después la contrarreloj de Muros. ¿Cuándo piensan atacar?

Por Redacción de ElRemate Sport

30 de octubre de 2020, Madrid

Roglic se viste de Paolo Bettini 


Imagen: Marca
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"Bettini andaba muchísimo y si uno mira su palmarés verá todo lo que ganó. Mundiales, Liejas, Sanremos, de todo", le contaba hace unos días Óscar Freire a Ibon Zugasti, el ciclista youtuber. Hoy, la Vuelta ha llegado a Suances, Cantabria, muy cerca de donde vive y construye muebles el triple campeón del mundo, y Primoz Roglic ha ganado al estilo en que lo hacía el Grillo Bettini, último ganador aquí, en el año 2008. El ciclismo ha cambiado mucho desde entonces, pero en la dura rampa de Suances ha vuelto a ganar un capo.

Además de llevarse la etapa, Primoz Roglic se vuelve a poner líder de la carrera y demuestra una mentalidad de gran campeón. Pocos ciclistas no se hubieran hundido después de la Planche des Belles Filles, cuando a Roglic se le aplicó de un modo despiadado la nueva ley marcial de la Era Pogacar. Pero él no. Peleó el Mundial, ganó Lieja y en esta Vuelta se está mostrando como el gran dominador. Quién sabe si capaz de ganar a la Merckx. De momento es líder de la clasificación general, de la regularidad, acecha la montaña y lleva tres etapas. 

La contrarreloj de Muros, con final en el Alto de Ézaro le favorece. Un recorrido para especialistas con un repecho final en el que su explosividad puede dar la puntilla al aspirante Richard Carapaz. Roglic suele fallar en la última semana. Así perdió un Giro, un Tour y casi pierde la Vuelta del año pasado. Pero este año la última semana no debería marcar grandes diferencias, salvo guerra total en el viento. La clave pues estará en las dos etapas de este fin de semana en Asturias, con brutales encadenamientos de puertos y la traca final el domingo en el ya mítico Angliru.

Tras diez días de competición y ya pasado el ecuador de esta Vuelta, lo cierto es que Roglic va ganando claramente a los puntos. Pero no es menos cierto que es líder gracias a las bonificaciones. Si no fuera por esos tiempos otorgados en meta, Richard Carapaz sería líder por 26 segundos. A eso y a las buenas sensaciones con que vive cada día el niño prodigio de Carchi se aferra el Ineos-Grenadiers. Mientras, Movistar planea la ofensiva total. Atentos.

Por Redacción de ElRemate Sport

29 de octubre de 2020, Madrid

El Monstruo de las galletas


Imagen: Marca
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Llegaba la Vuelta a Aguilar de Campoo, mundialmente conocida por sus galletas. Hasta el punto de que en la década de los sesenta, 9 de cada 10 galletas que se consumían en España provenían de sus fábricas. Sam Bennett, el sprinter del Deceuninck-Quick Step, el mejor equipo del mundo en este tipo de llegadas, se impuso con gran autoridad y con gesto de rabia incluido al cruzar la línea de meta. Triunfaba el Wolfpack, como les gusta hacerse llamar.

Sin embargo, los jueces, lo descalificaron por una acción antirreglamentaria en el lanzamiento de la llegada, cuando el corpulento ciclista irlandés empujó hasta en dos ocasiones a Emil Liepens, del Emirates, para evitar que le ganase su posición a rueda del lanzador del Deceuninck Michael Mørkøv. Tras la descalificación de Bennett, la victoria recayó en el corredor del Bora Hansgrohe Pascal Ackermann.

Hasta la llegada a Aguilar, el pelotón se había dedicado a dormitar y a tomarse un merecido descanso tras una primera semana de carrera sin tregua. Mañana, una nueva etapa en la que se prevé una llegada al sprint, aunque no tan clara como la de hoy. El terreno cántabro no tiene un metro llano y es propicio para que alguien sorprenda. Pero será la última oportunidad de los velocistas hasta Madrid y no querrán dejarla escapar. Sobre todo Sam Bennett.

Por Redacción de ElRemate Sport

28 de octubre de 2020, Madrid

Duelo al sol


Imagen: Mundo Deportivo
Imagen: Mundo Deportivo

Primoz Roglic apareció brillante en la recta de meta del Alto de Moncalvillo, inédito hasta hoy en la Vuelta a España. Los últimos rayos de sol de la tarde reflejaban en su maillot verde esperanza. Su rostro era una mezcla de agonía y satisfacción. Al fondo, el líder Richard Carapaz salía de entre las sombras, derrotado en el primer mano a mano de la media docena que decidirá esta Vuelta.

Los dos acababan de protagonizar un duelo apasionante a lo largo de toda la subida, que tuvo su momento culminante en las durísimas rampas del último kilómetro, con un intercambio de golpes, mirándose a los ojos. O.K. Corral versión riojana. Victoria de Roglic a los puntos, que se pone a 13 segundos del rojo. En el horizonte está la contrarreloj de Muros, que le es favorable, pero para eso queda un mundo. Carapaz sabe que necesita ganar tiempo y sus opciones pasan por las etapas del fin de semana, en los colosos asturianos de la Farrapona y l'Angliru.

Justo tras el paso canadiense situado a tres de meta, Hugh Carthy y su fiel escudero, ganador ayer, Michael Woods, desataron las hostilidades entre los favoritos. Hasta ese momento, había sido Movistar quien había llevado la iniciativa, con ataque incluido de Alejandro Valverde casi al comienzo del puerto. No era el día de los chicos de Eusebio Unzué, que fallaron al unísono y a los que sólo les queda confiar en un vuelco de la general. El chamán José Luis Arrieta invocará mañana a los Dioses del Viento, aunque con escasas posibilidades, según la Agencia Estatal de Meteorología.

Por Redacción de ElRemate Sport

27 de octubre de 2020, Madrid

Las Ardenas alavesas 


Imagen: ZikloLand
Imagen: ZikloLand

"Cada una de las etapas que quedan va a ser una clásica", decía Alejandro Valverde en la rueda de prensa del día de descanso, sentado junto a los otros dos capitanos del Movistar Team en esta Vuelta, Marc Soler y Enric Mas. La primera de ellas, en la que se subía el Puerto de Orduña por partida doble, ha tenido una resolución que no desmerecería en una carrera de las Ardenas. O en un Mundial. Esta vez con Woods y Valverde en puestos intercambiados respecto a Innsbruck 18.

El campeón murciano se había filtrado en la escapada del día, masiva, más de treinta corredores, y llegó a rozar el liderato virtual de la carrera. Pero un Ineos-Grenadiers bien organizado (cuánto hace amar el ciclismo ver cómo trabaja Chris Froome), con un Andrey Amador intratable en el tramo final de la etapa, consiguió mantener controlada la situación. Por delante, un cuarteto repleto de calidad, con Valverde, Fraile, Woods y el filósofo Martin, nuevo líder de la montaña, se jugaban la victoria. Premio para Woods, que se reservó en los kilómetros finales. Perro viejo. 

El Jumbo Visma de Roglic, esta vez sí, metió a dos de sus outsiders en la fuga. Bennett y Kuss incomodaron a Ineos, pero no dieron la talla cuando Alejandro Valverde tiró de repertorio. En el pelotón, tímidos movimientos en las últimas rampas de Orduña, pero ningún ataque serio al líder Carapaz, que disfruta el momento y afila el cuchillo, sabedor de que la Vuelta se decidirá en un mano a mano entre los mejores.

Mañana, nuevo final en alto en Moncalvillo. Subida inédita en esta Vuelta a España a la que le sienta tan bien el otoño.

Por Redacción de ElRemate Sport

26 de octubre de 2020, Madrid

Guarden las calculadoras 


Imagen: NoticiasCaracol
Imagen: NoticiasCaracol

Año I, Era Pogacar. La caravana de la Vuelta a España más incierta que se recuerda, descansa hoy en Vitoria. Los corredores se recuperan tras una jornada extenuante, que los llevó ayer al límite de sus fuerzas.

Una idea recorre los pensamientos del líder de la Vuelta hasta ayer, Primoz Roglic ¿Qué habría pasado si en lugar de quedarse a la expectativa, su equipo hubiera conseguido filtrar a un compañero bien situado en la general (Kuss, Bennett) en la numerosa escapada del día, de 23 corredores? Probablemente no habrían tenido que pasar las calamidades que pasaron para controlar la carrera y hubieran llegado con el equipo mucho más entero a la ascensión decisiva a Formigal.

El Ineos-Grenadiers, equipo del nuevo líder, uno de los corredores más ambiciosos del pelotón, Richard Carapaz, ve cómo puede salvar una temporada que se le había complicado tras el hundimiento en el Tour de su gran estrella, la perla de Zipaquirá, Egan Bernal. Si consiguen la victoria en la Vuelta, tras haber ganado también el Giro, Sir Dave Braidsfold puede darse con un canto en los dientes mientras prepara la chequera para enfrentarse a la tormenta perfecta que asolará las carreteras del Planeta Tierra el año que viene.

El Movistar del tridente local se siente dominador en su carrera. Marc Soler da por fin la sensación de ciclista con empaque, mientras el subcampeón de hace dos años Enric Mas sigue sin fallar, esperando su oportunidad. Pero, sobre todas las cosas, lo que más anhela Eusebio Unzue es una nueva victoria en la Vuelta de su Valverde, a los 40 años.

Estos tres súper equipos se jugarán la Vuelta a España 2020 en las 12 etapas que faltan para llegar a Madrid (si se llega). Junto a ellos, un puñado de corredores con menos equipo, pero sobrados de calidad, se mantienen en la pelea, las orejas tiesas, dispuestos a aprovechar circunstancias de carrera favorables para dar un vuelco a la general ¿Habrán aprendido algo las escuadras más poderosas del pelotón durante el pasado Tour de Francia? "Qué inmenso error", resumió en L'Equipe Eddy Merckx, el Caníbal, sobre la estrategia del Jumbo Visma en la Grande Boucle. El que corra con la calculadora, lo pagará. Son las nuevas reglas de la Era Pogacar.

Por Redacción de ElRemate Sport

25 de octubre de 2020, Madrid

Cuatro horas de lluvia y grandeza 


Imagen: Diario AS
Imagen: Diario AS

Richard Carapaz, el niño prodigio de Carchi, pasará de rojo la jornada de descanso de mañana en Vitoria. En una etapa durísima, con final en la estación de montaña de Formigal, el equipo Ineos-Grenadiers olió sangre en las filas enemigas de la caballería holandesa y se lanzó a tumba abierta en el descenso del Puerto de Cotefablo. Al mando de las operaciones, el costarricense de Pamplona Andrey Amador, que ama la lluvia y nunca rehúye una batalla. Como resultado, el líder Roglic se cortó en la aproximación al puerto y el Jumbo Visma paró a todos sus hombres, incluido Sepp Kuss, para devolverlo al grupo de los mejores.

El día en que debía celebrarse la Paris Roubaix 2020, cancelada por el empeoramiento de la pandemia en Francia, la sexta etapa de la Vuelta a España habría sido digna portadora del mítico sobrenombre de la gran clásica francesa. Un infierno del norte el que han vivido los ciclistas en el día de hoy, que tras la imposibilidad de acceder al territorio francés y de subir por tanto los colosos pirenaicos Aubisque y Tourmalet, parecía haber quedado descafeinada al tener que conformarse con un recorrido menor. Pero la lluvia y el frío, que acompañaron a los ciclistas prácticamente desde la salida en Biescas, cambiaron por completo el panorama, convirtiéndola en una jornada espectacular.

Tanto las condiciones meteorológicas como la velocidad con la que se rodó durante todo el día y que hizo que se llegase a meta con más de media hora de adelanto sobre el horario previsto, provocaron numerosos desfallecimientos en la subida final. El más importante, claro, el del líder de la carrera Primoz Roglic. En cuanto lo intuyó, Carapaz cambió el ritmo. Por el camino fue recogiendo a corredores que habían saltado y que sólo trataron de aguantarle, como el Movistar Marc Soler, cada vez más metido en la clasificación general. Al final, ambos llegaron a meta felicitándose y reivindicando de paso el extraordinario producto de la factoría Lizarte. Roglic perdió en meta 42 segundos con Carapaz y con ello el maillot rojo de líder. Si quiere buscar un consuelo, es que a partir de hoy corre como comandante en jefe del Jumbo Visma (Kuss llegó a 10' 18" del ganador).

En la lucha por la etapa, como buenos hermanos, los Izaguirre dieron una clase magistral de cómo se resuelve una fuga trabajando en equipo, dándolo todo por el triunfo colectivo. Demostraron también como se baja en mojado y, no sólo ellos, sino todos los ciclistas de esta Vuelta, enviaron un telegrama a Milán, en dónde el inesperado Tao Geoghegan Hart se hizo hoy con la victoria en la 103ª edición del Giro de Italia. Con lluvia también se corre. Stop.

Por Redacción de ElRemate Sport

24 de octubre de 2020, Madrid

Con el sello de Tim Wellens 


Imagen: Diario AS
Imagen: Diario AS

El día en que Tim Wellens se retire, el ciclismo debería organizarle un funeral. Porque con él morirá algo de la esencia de este deporte. La de atacar siempre. Con lluvia, con viento y con sol. En la primera y en la última semana. En etapas llanas y de montaña. Solo o en compañía de otros. Formando parte de cualquier escaramuza sin importarle si los demás relevan o no. Y con qué motor.

Hoy Wellens ha ganado en Sabiñánigo tras una fuga que comenzó en el primer kilómetro de la etapa. Primero formando parte de un numeroso grupo en el que estaba el extraordinario, sedoso escalador estadounidense Sepp Kuss, del equipo del líder. Ubicado tácticamente en la escapada para incomodar al Ineos-Grenadiers del aspirante Richard Carapaz. Tras el paso del primer puerto de la jornada y convenientemente seleccionado el grupo de fugados, Wellens prosiguió su aventura en compañía del joven Thymen Arensman y del filósofo nietzscheano Guillaume Martin. En las fuertes rampas de la llegada en Sabiñánigo (hasta el 13%) sentenció con claridad. Gran victoria.

Llegada ratonera, pelotón lanzado y caída de Dan Martin en la última curva. Primoz Roglic acelera en medio de la confusión y consigue picar unos segundos al resto de favoritos. Protestas de los equipos. El líder dice que él sólo espera en la meta. Razonable. Tras la suspensión de la entrada en Francia, los gallos se citan mañana en Formigal para la primera llegada de entidad en esta Vuelta. Quiquiriquí.

Por Redacción de ElRemate Sport

Cuéntaselo otra vez Fede


Imagen: Diario AS
Imagen: Diario AS

Fausto Coppi, Il Campionissimo, se revuelve en su tumba cuando el pelotón del Giro se planta y la decimonovena etapa, que debía disputarse entre las localidades de Morbegno y Asti (251 km), finalmente saldrá de Abbiategrasso. Los corredores dicen que debido a las condiciones meteorológicas adversas (lluvia intensa) no pueden cubrir el recorrido previsto. Demasiado largo. La organización traga y finalmente la etapa se queda en 123 Km.

Federico Martín Bahamontes, el Águila de Toledo, el mejor escalador de todos los tiempos, es hoy un viejo ciclista que contaba hace poco a un auditorio lleno de chavales entusiasmados, como, cuando empezaba en esto, se desplazó desde Toledo hasta Oviedo en bici para competir en la Vuelta a Asturias de 1953. Más de 500 kilómetros por las carreteras y con los desarrollos de entonces para llegar al lugar de la carrera, que ganó. Y lo hizo en el día, parando de vez en cuando a procurarse (y hace con la mano el gesto del que coge algo con disimulo) algo de avituallamiento. Tras esa Vuelta, Berrendero lo llevó al Tour, que también ganó en el 59. Los ciclistas de hoy ya no escapan del hambre y en el pelotón del Giro, pocos saben quién fue Fede. Ni Bartali, ni Hinault. Faltan referentes.

La Vuelta a España comunica que la terrorífica sexta etapa, la reina de esta edición, que debía llevar a los corredores hasta la cima del Tourmalet, pasando Portalet y Aubisque, acabará finalmente en la estación de montaña de Formigal, después de pasar algunas tachuelas por el camino. Los ciclistas de la Vuelta, en cambio, no han tenido nada que ver en esto, la causa hay que buscarla en el empeoramiento de la situación de la pandemia en Francia. Se veía venir cuando este país ya hace un par de semanas anunció la cancelación definitiva de la Paris-Roubaix 2020, su segunda prueba más importante, tras el Tour. Llama la atención que en el pelotón del Giro hay ganadores en Roubaix. Roger de Vlaeminck siente un escalofrío.

Hoy los Dioses del Viento tampoco han querido entrar en escena y la etapa ha seguido el guion previsto en el páramo. Fuga del día y llegada masiva, dominada por el Wolfpack del Deceuninck-Quick-Step. El mejor equipo del mundo en la especialidad ha venido a la Vuelta con su lanzador estrella Michael Mørkøv y su sprinter más efectivo, Sam Bennett, triunfadores en el Tour de Francia. Hay pocas oportunidades para los sprinters en esta Vuelta y los chicos de Patrick Lefevere no han dejado escapar la primera. Mañana la carrera enfila hacia las montañas y puede ser el primer día en el que llegue una fuga a meta. Los cazadores se preparan.

Por Redacción de ElRemate Sport

Los Dioses del Viento esperan a mañana


Imagen: Diario AS
Imagen: Diario AS

El pelotón recorre los páramos numantinos, los de la resistencia heroica de los iberos ante las legiones romanas de Publio Cornelio Escipión Emiliano, El Africano Menor. Y parece como si en su honor resistiesen los cinco fugados del día, condenados a muerte desde el inicio de su aventura. Pero prefieren morir de pie que vivir de rodillas, sometidos al rodillo implacable que marca la velocidad de crucero de la caballería holandesa del Jumbo Visma.

El grupo divisa en el horizonte La Laguna Negra, nuevo final en alto en esta Vuelta en la que las emociones fuertes se sienten desde la primera semana, a diferencia de lo que suele ocurrir en el Giro y el Tour. Pero el viento en contra que pega de cara durante la primera parte de la etapa, se vuelve viento lateral al salir de Soria, cuando la carretera gira a la derecha. La voz se corre rápido y los equipos se preparan para la guerra. Falsa alarma, los Dioses del Viento aplazan todas las batallas para mañana.

En la subida final, Chris Froome, el ganador de cuatro Tours, dos Vueltas y un Giro, se pone al frente del paquete y, humilde, da lo que puede para su compañero Richard Carapaz, al que ha jurado lealtad. Pone más pasión que velocidad. Pero le siguen Andrey Amador y Carlitos Sosa, que sí son capaces de imprimir ritmo y dejan el grupo reducido a una docena de corredores, entre los que no está ya Alejandro Valverde, el gran favorito para la victoria en el día de hoy. Y cuando todas las miradas apuntan al maillot rojo, todo menos pasión, de Primoz Roglic, Daniel Martin, el sobrino del hombre que le ganó el Tour 87 a Perico, aprieta los dientes y gana el sprint por la etapa y las bonificaciones en lo alto de La Laguna Negra.

Hoy los ciclistas velarán armas junto a la ciudad que prefirió morir que servir a Roma. Mañana, camino de Ejea de los Caballeros, todos saben lo que les espera en los últimos 80 kilómetros de la etapa, cuando la carretera gire al norte en Gallur y salgan a campo abierto a enfrentarse con el viento de costado. Atentos

21 de octubre de 2020, Madrid

Movistar marca territorio en Navarra 


Imagen: Diario AS
Imagen: Diario AS

Cuando José Miguel Echavarri llegó a la empresa de aluminios Reynolds a ofrecer el patrocinio de su equipo ciclista, con el que pretendía asaltar el Tour de Francia, casi todos lo tomaron por loco. Hoy, 40 años y 14 grandes vueltas ganadas después, su flamante Movistar, dirigido por su eterno pupilo Eusebio Unzue, corre en casa una etapa de la Vuelta a España que se desarrolla íntegramente en suelo navarro.

En la noche del martes, en el hotel del Movistar Team, al acabar la cena el Director Deportivo José Luis Arrieta reune a sus corredores y desgrana sobre un mapa de carreteras los puntos clave del recorrido de la segunda etapa. Señala el lugar elegido para el inicio de las hostilidades, a 60 kilómetros de meta, justo antes de coronar el Puerto de Urbasa. Todos los presentes se conjuran para una guerra de guerrillas. Vencer o morir.

Siguiendo el plan previsto, el equipo de Arrieta se pone al frente del pelotón en el punto indicado e imprime un ritmo infernal que los deja solos en cabeza. Saltan las alarmas. Momento de crisis para el lujoso Jumbo Visma del líder de la carrera. Y es el propio Primoz Roglic el que tiene que responder en primera persona para cerrar el hueco. Imanol Erviti, el gigante navarro que desayuna ciclistas crudos cada mañana, huele la sangre y aumenta la velocidad. En escasos veinte kilómetros deja el pelotón reducido a menos de treinta unidades, justo antes de encarar el puerto de San Miguel de Aralar, de primera categoría.

Algunos viejos Movistar que hoy corren como soldados de fortuna en las filas enemigas tratan de sorprender, pero en las montañas navarras mandan los uniformes azules. Tras una durísima subida al ritmo que marcan Carlos Verona y Marc Soler, sólo los favoritos, entre los que no está ya Tom Dumoulin, pasan el puerto en cabeza. Y cuando todo parecía abocado a un sprint de los capos, el mismo Marc Soler, que, después de haber trabajado a destajo en el puerto, se había quedado poco antes de coronar, aparece de la nada y sorprende a todos con un ataque demoledor en plena bajada, que le da una gran victoria de etapa a su equipo y además lo vuelve a meter en carrera. Mañana, nuevo final en alto en la Laguna Negra y no se prevé una tregua para recoger los cadáveres.

Por la Redacción de ElRemate

20 de octubre de 2020, Madrid

Roglic primer líder de La Vuelta


Imagen: Marca
Imagen: Marca

Las antiguas fábricas de armas eibarresas empezaron a construir bicicletas para paliar el descenso en las ventas tras el final de la Primera Guerra Mundial. Ahí nació Orbea, que hoy llevan los chicos de la Fundación Euskadi, unos de los grandes ausentes de estas primeras etapas por las carreteras vascas.

Etapa extraña, en las que los puertos se suben casi en silencio y es imposible no acordarse de esa extraordinaria afición vasca que hoy habría salido en masa a las cunetas para animar a los ciclistas. En Euskadi se respira aroma a ciclismo viejo. Territorio comanche en el que los últimos aborígenes de Europa devoran montañas a lomos de sus monturas de acero.

Primoz Roglic no rehúye la responsabilidad del campeón y se ha impuesto en la subida al Santuario de Arrate con un ataque seco en el grupo de favoritos en el último kilómetro. Etapa y líder. Acabó de rojo y empieza de rojo. Surge una duda, ¿alguien podrá frenar a Sepp Kuss? El escalador norteamericano de su equipo, sube desbocado sin atender a razones y quiere ser protagonista.

Entre la terna de aspirantes, Enric Mas y Richard Carapaz parecen los más fuertes. Se atisba un duelo de equipazos en un terreno en el que el ciclismo-control no parece tener cabida. Pero si algo ha quedado claro tras esta primera etapa de la Vuelta a España es que el que quiera ganar, deberá estar dispuesto a morir con las botas puestas. Muchas cabelleras cortadas para una primera etapa. Tras sólo 173 kilómetros de carrera y el número de bajas da miedo. Llegue hasta donde llegue, esta Vuelta promete.

Por Redacción de ElRemate Sport. 

19 de octubre de 2020, Madrid

La Vuelta se encomienda a la Virgen de Arrate

Mañana comienza, con final en alto junto al eibarrés Santuario de Arrate, la Vuelta a España más cargada de incertidumbre que se recuerda. Javier Guillén rezará todo lo que sepa a la Virgen, pues no hay la más mínima certeza de que la carrera pueda llegar a Madrid y los ciclistas correrán cada día con el cuchillo entre los dientes para ganarse un hueco en el pelotón de la temporada que viene, ante una más que previsible crisis de patrocinios. Tras la suspensión definitiva de la Paris-Roubaix, no hay ya más oportunidades en el raro calendario de este año que permitan justificar el puesto.

Todos los miembros de las burbujas de cada uno de los equipos deberán someterse constantemente a test PCR en el laboratorio móvil montado por la Vuelta, que decidirán quién puede seguir en carrera. Además, las extrañas fechas en que se va a celebrar la competición debido a la pandemia, arrojan serias dudas sobre que se puedan disputar algunas de las etapas de alta montaña previstas en el recorrido. Las urgencias aprietan en las carreteras del sur de Europa en este otoño trágico. Los ciclistas lo saben y deberán morir en la arena.

En el plano puramente deportivo, la Vuelta invita como nunca al optimismo con un cartel rutilante. En el elenco de estrellas, un nombre sobresale por encima de todos, con el dorsal número 1, el defensor del título, Primoz Roglic. El esloveno llega a esta Vuelta a España al frente de un lujoso, resplandeciente Jumbo Visma, uno de los equipos más fuertes de la última década. Tratarán de resarcirse de lo ocurrido en el pasado Tour de Francia, cuando fueron sometidos sin piedad a la nueva ley marcial de la Era Pogacar.

Entre el resto de aspirantes, ciclistas de talla mundial, campeones del Giro como Richard Carapaz, proyectos de hombre-tour como Thibaut Pinot, un ganador impenitente como Alejandro Valverde, o un tal Christopher Froome, la gran incógnita de esta Vuelta, que acude a los mandos del potentísimo Ineos-Grenadiers. A partir de mañana, 18 etapas impredecibles, nerviosas, con la emoción por bandera. Marca Vuelta a España.

Redacción de ElRemate Sport

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